Los días en Dublín son como el tiempo en la isla esmeralda: inestables.
Un día estás bien y radiante, como un típico «Irish soft day».
Al otro, una tormenta de lluvia y llanto te invade la cabeza y te deja empapada de dudas.
El secreto para sobrellevar el chaparrón es rodearse de amistades y formar nuevos vínculos, como las enredaderas que se entrelazan para cubrir los frentes de las casas de puertas de colores.
Esas personas abrirán el paraguas cada vez que sea necesario y tendrán sus brazos abiertos, como un piloto waterproof, para protegernos.
Después de la tormenta, siempre llegará la calma: ese día las nubes y las dudas se irán y recordarás porqué decidiste emprender este viaje.
Ese día te habrás hecho más fuerte contra las tormentas irlandesas y las propias.
Segundo mes – Octubre 2018.
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