El verde enarbola cada plaza, casa, maceta, enredadera, incluso el Dart (tren) es verde como el musgo que crece en el norte de los árboles.
Dublín es azul y amarilla, como los buses de doble piso o el Luas (tranvía) violeta y dorado, que conectan la ciudad.
Dublín también es rojo como la mayoría de las melenas o los ladrillos humedecidos por la lluvia de las casas que están simétricamente construidas. Dublín es gris como los viejos monumentos, la spire o el cielo en un día nublado, o sea, la mayoría de los días.
Dublín huele a sopa recién hecha, a una Guinness, a cigarrillo electrónico, a pintura fresca (wet Paint) y a fish and chips (pescado frito con papas).
Mi primer mes – Septiembre 2018.
0 comentarios